lunes, 9 de noviembre de 2009

"Creímos que era gas, como si cayeran piedras"

Conmoción y rabia entre los familiares y los vecinos más directos de los fallecidos


Una de las hijas de uno de los fallecidos se muestra abatida al conocer la noticia.

Hasta los alrededores de la casa número cinco de la calle Río Borosa, situada en una urbanización de la barriada periférica de Villarrubia, no pararon de llegar durante la tarde de ayer numerosos familiares y vecinos de los fallecidos, hallados muertos tras escucharse una explosión sobre las 13:30. Los familiares más directos de los finados, con rostros llenos de angustia y desesperación, fueron los primeros en personarse a las puertas de la vivienda poco después de producirse la tragedia. Ninguno de ellos pudo acceder al interior de la casa, ya que varios agentes de la Policía Nacional les impidieron en todo momento atravesar el precinto policial. Todos lloraban de impotencia y rabia, aunque ninguno sabía ciertamente lo que había ocurrido. "Lo siento, pero no podemos deciros nada porque la Policía no nos han comunicado que es lo que ha sucedido", aseveró una de las hijas del fallecido, abatida por el dolor. Como ella, el resto de los hijos no paraba de deambular de un lado para otro llenos de desesperación y con ansias de obtener datos del operativo policial.

Los vecinos tampoco encontraban ninguna explicación lógica a lo que había ocurrido. José, propietario de una de las viviendas cercana al lugar del incidente, aseguró que tanto su mujer como él se alertaron, sobre las 13:30 del día de ayer, al escuchar una gran explosión a la que le continuaron otras de menor fuerza. Dijo que salió asustado de su casa y al mirar al cielo vio como una gran humareda negra salía de la vivienda de uno de sus vecinos. "Mi esposa y yo nos asustamos muchísimo al escuchar la explosión, pensábamos que era gas y sonó como si un camión estuviese descargando piedras de grandes dimensiones", afirmó. En ese momento, no se pudo acercar al lugar del suceso, ya que tenía previsto realizar un viaje a Córdoba cuya hora coincidió con la del incidente. Durante su trayecto hacia la capital se percató de que varios coches de Policía se dirigían hacia la urbanización, lo que le hizo pensar que efectivamente se había producido un incidente "bastante grave".

El presidente de la Asociación de Vecinos La Cañota, Antonio Hernández, también fue alertado por el fuerte ruido que provocó la detonación. "Al escuchar la explosión me asusté bastante, aunque nunca me podía a imaginar que se iba a provocar una tragedia de estas características", afirmó el presidente vecinal. En cuanto a la relación que tenía con la pareja, aseveró que no había tenido un contacto directo con ellos y que los conocía simplemente de vista, ya que "llevaban escasamente un año viviendo aquí". Al igual que ellos, muchos otros vecinos se fueron reuniendo a lo largo de la tarde a las puertas de la vivienda de donde se había producido el fatal suceso, pero la conmoción les impedía hablar, a pesar de que la gran mayoría no conocían a ninguno de los fallecidos en el suceso. Aún así todos coincidían en que este día sería recordado siempre en el barrio.

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